domingo, 24 de mayo de 2015


EL PLAN DE ONCE AÑOS


La educación cumple diferentes funciones ideológicas, académicas, económicas y políticas que a su vez permiten el mantenimiento y permanencia de una sociedad. Al planificar la educación a nivel nacional se hace dependiendo de la circunstancias del momento, conforme a las necesidades de la población y al proyecto económico; incluyéndola dentro de los planes socioeconómicos del estado.
Adolfo López Mateos 
El primer intento de planificación educativa a nivel nacional en México con elementos de casi todos los organismos educativos y con la colaboración de diferentes direcciones y secretarias, fue el “Plan Nacional para el Mejoramiento y la Expansión de la Educación Primaria en México” respondiendo a las necesidades internas y externas que se venían dando de las décadas de los 50; sin en cambio por otro lado a partir de la década de los 40 empieza a notarse una gradual transformación del sistema educativo nacional, que fue plasmado en las modificaciones hechas en el artículo 3ro constitucional logrando así una modernización del aparato educativo, acorde a los requerimientos económicos del país. Esta modernización se concretó en un impulso a la formación de técnicos profesionales, de acuerdo con los requerimientos de una mayor calidad en la mano de obra.
La gran industrialización hace que la demanda de más educación para cubrir sus aspiraciones de ascenso de las clases medias se consoliden, haciendo así que la demanda escolar vaya en aumento creando la necesidad de ampliar la matrícula escolar, siendo el Plan de Once Años un logro sobresaliente a nivel primaria.

ANTECEDENTES
La necesidad de crear un plan que resolviera el problema educativo, principalmente a un nivel básico, Jaime Torres Bodet, dirigió a la prensa con respecto al plan que tenía la SEP para el sexenio 1958-1964, concretándose a fines de diciembre de 1958, cuando el presidente López Mateos envió la iniciativa de ley para que se constituyera; el presidente López Mateos reconocía que la situación no era solamente de naturaleza educativa y que confluían numeroso factores históricos, económicos, técnicos, que trataría de resolver a lo largo de su sexenio, para esto expresaba que la educación  necesitaba de todo el apoyo del pueblo mexicano, tanto moral como económicamente lo que permitiría concretar el objetivo: asegurar la educación primaria a todos los niños mexicanos.
La iniciativa fue aprobada por la cámara de diputados el 30 de diciembre teniendo las siguientes finalidades:
1)    Estudiar un plan nacional que resolviera el problema de dar enseñanza primaria a todos los niños mexicanos en edad de recibirla.
2)    Preparar los anteproyectos de las reformas que sea necesario introducir en la legislación vigente, para llevar a la práctica el plan al que alude la fracción anterior.
3)    Estudiar un sistema de árbitros que haga posible la ejecución del plan
4)    Formular los anteproyectos de los actos legislativos y ejercicio presupuestal que tienda al fin mencionado
5)    Presentar los proyectos de convenios entre los gobiernos de los estados y de los municipios y el gobierno federal que eventualmente requiera el desarrollo del plan.
Así los trabajos de la comisión empezarían el 19 de febrero de 1959, al término del plan, sería presentado al secretario de educación para su estudio y lo sometiera a la consideración presidencial con el fin de que se tomaran las medidas necesarias para su realización.

PUESTA EN MARCHA DEL PLAN DE ONCE AÑOS

El plan para el mejoramiento y la expansión de la educación primaria, mejor conocido como plan de once años, fue parte de la política educativa federal del entonces presidente Licenciado Adolfo López Mateos (1958–1964). El plan educativo nació en determinadas condiciones que lo hicieron posible: más de la mitad  de la población   mexicana era analfabeta, existía una alta cantidad de deserción  en la escuela la cual presentaba  un  50 por ciento. Las condiciones  de crecimiento económico  que se veían en nuestro país después de  la segunda guerra mundial  hicieron posible una mayor inversión  en educación  y por ende el arranqué del plan. Este mismo  represento la formalidad e institucionalización  de la educación básica en México
La implementación del plan de once años en educación primaria pretendía con respecto al magisterio aplicar reformas tendientes a aumentar el número de plazas   y a mejorar por medio de los recursos  que se iban a impartir por el instituto federal de capacitación del magisterio  nacional. El plan representaba una estrategia de crecimiento, a nivel educativo
El inicio del plan  fue anunciado por el presidente López mateos   el 10  de diciembre de 1959, ante el consejo nacional del SNTE.
El plan comenzaría a funcionar el 10 de enero de 1960
Para financiar el plan, los obreros y diputados ofrecieron donar un día de sueldo  cada año  y estos  exhortaban a los sectores para que contribuyeran a la lucha contra la ignorancia  y esto lo hacían para la realización del plan , para que se llevara acabó.
Los fondos monetarios para la realización de este plan partirían del gobierno aunque era muy poco para cubrir los gastos educativos.
Como ayuda al financiamiento   del plan se determinó la creación  de un impuesto destinado  a la educación  que era el 1 por ciento sobre el desarrollo.
Después de hacer el anuncio de los aumentos salariales al magisterio   , el presidente informaba del inicio del plan nacional para el mejoramiento  y la expansión de la educación primaria.
Más adelante explicaba  que el   dar aumentos al  magisterio  impedía  completar el plan por lo tanto se daría preferencia a la construcción  de escuelas que captaran más niños.
El secretario de educación  decía que para que  realmente diera   resultado  expresaba, era necesaria una participación real del maestro, por lo que su información como docente era indispensable para la enseñanza.
ALCANCES Y EVALUACIÓN DEL PLAN AL FINAL DEL SEXENIO (1964)
El plan de once años al final del sexenio de López Mateos había funcionado como se tenía previsto alcanzando metas en un lapazo más corto de lo pensado:
En 1958 había un total de 30 mil 810 escuelas primarias en todo el país, de las cuales 18 mil 406 eran sostenidas por la federación, 10 mil 426 por los estados y 1 mil 948 por las particulares. En 1964 el total de planes de enseñanza primaria subió a 37 mil 576 de las cuales 23 mil 596 son federales, 11 mil 147 estatales y 2 mil 853 particulares, paralelamente los maestros aumentaron de 95 mil 191 en 1958 (55 mil 521 federales, 29 mil 3 estatales y 10 mil 667 particulares a 141 mil 963 en 1964, de los que corresponden 82 mil 865 a la federación, 42 mil 532 a los estados y 16 mil 566 a las particulares
Los resultados anteriores de escuelas y maestros determinaron lógicamente un aumento en la inscripción escolar. En 1958, las escuelas primarias recibieron 4 millones 105 mil 302 niños de los cuales 2 millones 166 mil 650 asistieron a escuelas federales.1 millón 580 mil 761 a las escuelas estatales y 357 mil 891 a los planteles particulares. En 1964 la inscripción total se elevó a 6 millones 605 mil niños, correspondiendo 4 millones 15 mil a las escuelas federales, 1 millón 982 mil a escuelas estatales y 608 mil 606 a escuelas particulares, todo lo cual representa 317 mil inscripciones más que la cifra prevista en el plan de 11 años para 1967
Estos resultados aunque muy alentadores como parte de la eficiencia del plan, eran solo aparentes, a nivel nacional se habían rebasado las metas propuestas, pero en regional no todos los estados marchaban al mismo ritmo en unos los requerimientos eran superiores a lo que se presentaba y en otros se rebasaba lo presupuestado
Y LA META SE SUPERÓ, porque también creció más de lo que se pensaba la población. Aunque la cobertura de la demanda siguiera sin llegar al 100%. Era de 7, 195,000. En 1970 se atendían 9, 248,000
Analizando todos los resultados de este plan, es de reconocer la importancia de su labor para crear nuevos centros educativos, sin embargo, me doy cuenta que en realidad el progreso no fue uniforme ya que no representó, desgraciadamente, igualdad de oportunidades para todos los sectores sociales, porque los resultados eran más satisfactorios en las regiones de mayor desarrollo, en tanto que las zonas rurales resultaban una vez más desfavorecidas en el esfuerzo por expandir el sistema de primera enseñanza, si realmente este plan hubiera centrado mayor su atención en las comunidades más apartadas, hubiera tenido mejores resultados para elevar a un mejor nivel la educación de la población de esta época, y este es un asunto que a nuestros gobierno se les olvida, pues si analizamos, al ámbito educativo no se le presta la atención necesaria, los recursos son utilizados en otras cosas insignificantes, en vez de realizar inversiones para mejor el nivel educativo de la población y combatir los problemas que existen en este ámbito. Por lo que está en nosotros el hacer nuestros análisis sobre cómo mejorar el nivel en el que nos encontramos, tener en mente que a pesar de los obstáculos de nuestros gobernantes, nosotros podemos tomar la responsabilidad de contribuir hacia la mejora de nuestro nivel educativo, realizar un buen trabajo, cumpliendo con todo lo que demanda nuestra profesión, impartiendo enseñanzas significativas a los educandos que permita un deseo por el estudio, y concientizar a la población de los beneficios que se resulta contar con una educación de alto nivel.



LIBRO DE TEXTO GRATUITO
HISTORIA DE 1944 A 1982
Desde 1944, el entonces Secretario de Educación Pública Jaime Torres Bodet - destacado hombre de letras, académico y diplomático mexicano- sintió una gran preocupación por los libros con los que se educaba a los niños y niñas de la educación obligatoria del país. Por su parte, un joven abogado, Adolfo López Mateos, advirtió desde aquella época que el principio de gratuidad de la educación básica -consagrado en la Constitución- no estaba siendo plenamente cumplido porque los libros de texto eran excesivamente costosos, de mala calidad e inaccesibles para la mayor parte de las familias mexicanas.
Cuando llegó a la Presidencia de la República en 1958, López Mateos se encontró con una población con altos niveles de analfabetismo y pobreza que minaban el acceso equitativo a los servicios educativos: "poco puede hacer la escuela por los niños si sus padres no tienen recursos para comprarles los libros de texto" decía. Para hacer frente a tales problemas, López Mateos eligió a quien había sido discípulo del maestro José Vasconcelos para ocupar, por segunda vez, la Secretaría de Educación Pública: Jaime Torres Bodet.
 Torres Bodet impulsó una extensa campaña de alfabetización a lo largo y ancho de México con una idea firme: que cada estudiante del nivel obligatorio asistiera a la escuela con un libro de texto bajo el brazo, pagado por la Federación. Así nació la idea de crear la Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuitos (CONALITEG), con la visión de que el libro de texto gratuito, además de un derecho social, fuera un vehículo que facultara el diálogo y la equidad en la escuela.
La CONALITEG fue finalmente fundada por el Presidente López Mateos el 12 de febrero de 1959. Las críticas iniciales a tan magno proyecto no se hicieron esperar, ya que la Comisión, aun siendo un organismo público, otorgó desde el principio libros de forma gratuita a instituciones privadas; el Presidente simplemente respondía: "todos son niños, y todos son parte de nuestro pueblo".
Los primeros libros eran un tema crucial, por lo que su diseño debía ser minucioso, a fin de no contener expresiones que suscitaran rencores, odios, prejuicios o controversias. Esta titánica tarea fue encomendada a Martín Luis Guzmán, un militar, periodista y literato de gran envergadura, ganador del Premio Nacional de Literatura en 1958.
La labor de Martín Luis Guzmán se tradujo en resultados que permitieron afianzar la misión de la CONALITEG como un pilar de igualdad en la educación, ya que la producción de libros abasteció la demanda nacional, y algunos de los títulos alcanzaron trece reediciones en los años subsecuentes. En 1960 se produjeron 19 títulos para los alumnos de primaria y 2 para el maestro, cuyas portadas -autoría de los ilustres artistas David Alfaro Siqueiros, Roberto Montenegro, Alfredo Zalce, Fernando Leal y Raúl Anguiano- retrataban héroes de la patria que, además de conmemorar 150 años de independencia y 50 de la revolución mexicana, buscaban infundir en la niñez el ser mexicano.
El Secretario de Educación Pública, Jaime Torres Bodet, hace entrega del primer tiraje de libros de texto gratuitos.
En 1962 la CONALITEG consolidó su arraigo entre la población mexicana cuando empleó una obra de Jorge González Camarena como portada de los libros de texto: "La Patria", una mujer de tez morena, rasgos indígenas y mirada valerosa que, apoyada en la agricultura, la industria y la cultura -simbolizadas en las imágenes del escudo y la bandera nacionales, un libro y diversos productos de la tierra y la industria-, representaba el pasado, presente y futuro de nuestra Nación. Desde ese año y hasta 1972, esa obra ilustró más de 350 títulos.
En 1966, la Comisión extendió su oferta en apoyo a las comunidades minoritarias del país mediante la producción de libros en Braille. Para 1972, la institución ya producía 43 títulos para alumnos y 24 para maestros, que reflejaron las reformas educativas propuestas por el entonces Presidente Luis Echeverría.
Jaime Torres Bodet
La muerte de Guzmán, acaecida en diciembre de 1976, no interrumpió el trabajo de la institución. Gracias al esmero y entrega de su gestión, la Comisión tenía muy bien definidos sus procesos y objetivos, que han sido valorados por el gobierno y la población mexicana desde entonces.
En 1977, las portadas de los libros de texto fueron cambiadas, y se elaboraron colecciones como las Antologías de Educación Normal, que reunieron títulos destinados a las diversas disciplinas.

HISTORIA DE 1982 A 2006
Posteriormente, los libros modificarían sus contenidos de acuerdo a las reformas que la SEP llevaba a cabo. Como consecuencia de los nuevos programas educativos, se editaron nuevos libros de primero y segundo de primaria. En 1982, la CONALITEG imprimió monografías de todos los estados de la República, que se convirtieron en valioso material de consulta y desembocaron, 20 años después, en la producción de libros regionales para cada entidad en las materias de historia y geografía. Por esa época cambió la denominación del encargado del organismo, de “Presidente” a “Director General”. Para 1987 se buscó dotar de nuevas portadas a los libros de texto gratuitos. Por ello, la Secretaría de Educación Pública -a través de la Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuitos- convocó a pintores de distintas corrientes artísticas para que engalanaran las nuevas portadas de los libros de primaria, que se empezaron a utilizar en los libros de texto a partir de 1988. Estas pinturas, junto con las anteriores mencionadas, forman parte de la compilación que hoy se conoce con el nombre de “Arte y Educación” de la colección pictórica de la CONALITEG.
A finales de 1989, la Comisión instrumentó en los libros las reformas propuestas por la Secretaría de Educación Pública. El programa de Modernización Educativa exigiría -en lo que respecta a los libros de texto- cambios nodales en contenidos, ilustraciones, diseño y formato. De acuerdo con esta reforma, los libros gratuitos se sustituirían en dos fases, con el propósito de que para septiembre de 1994, todos los alumnos de las escuelas primarias contaran con el nuevo material. Asimismo, las reformas a la educación básica de 1992 implicaron que la producción de los libros de texto gratuitos se incrementara. Por ello, en 1994 la Comisión adquirió dos nuevas rotativas, lo que permitió aumentar títulos, abatir costos y apoyar diversa producción de terceros (entidades, dependencias e instancias culturales y educativas). El programa de Modernización Educativa dio al libro de texto gratuito las características de obra modelo a nivel nacional, tanto en contenido como en presentación. A mediados de los 90, y por primera vez en la historia de la Comisión, los libros de texto gratuitos llegaron a las escuelas antes del inicio de clases, gracias a la coordinación de esfuerzos con distintas dependencias federales, estatales y municipales. A partir de 1997 se puso en marcha el programa de Distribución de Libros de Texto Gratuitos para Secundaria, con lo que inicialmente se benefició a los alumnos de los 1,743 municipios con mayor índice de marginación. Para el ciclo escolar 1998-1999 se atendió a más de dos terceras partes de la matrícula total de ese nivel educativo. Años más tarde y por acuerdo presidencial, se hizo extensivo a todos los estudiantes de secundaria el derecho a los libros de texto gratuitos financiados por la Federación. Al mismo tiempo, la Comisión omitió de su denominación el término "los" ("Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuitos") para quedar en "Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos", que utiliza actualmente. Desde 1921, el maestro José Vasconcelos inspiró a niños y jóvenes cuando ordenó la producción de 21,000 libros de Lecturas Clásicas, en dos tomos. Ochenta años después -en 2001-, la CONALITEG constituyó la base del programa nacional de lectura "Hacia un país de lectores" con la creación de los programas Bibliotecas de Aula y Bibliotecas Escolares, cuyo objetivo consiste en acercar a niños, jóvenes y adultos de todas las escuelas del país a libros de la más alta calidad.
Actualmente se encuentran en operación 3, 601,000 Bibliotecas de Aula (827,203 distribuidas en el ciclo escolar 2006-2007); cada una cuenta con un acervo de 1,935 títulos. Este año, la producción prevista rebasa los 22 millones de ejemplares. En 2005, la CONALITEG internacionalizó su oferta, mediante la producción de libros de texto para los educandos de la República de Honduras, financiados por el gobierno hondureño y el Banco Mundial. Como se puede apreciar, la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos es una de las políticas educativas más sostenidas y enriquecidas a lo largo del tiempo: ha permanecido durante 9 sexenios presidenciales y 15 secretarios de educación pública diferentes.
La producción del organismo es vasta y especializada, con oferta de libros para educación preescolar, primaria, secundaria, telesecundaria, indígena (en 42 lenguas diferentes), Braille y Macro tipo. Desde su fundación a la fecha, la producción histórica de la Comisión supera los 5 mil millones de libros.
Así, como desde hace 48 años, la CONALITEG fundamenta su accionar en el esfuerzo de los mexicanos por alcanzar la igualdad mediante la educación de nuestra niñez y juventud.

Desde hace muchos años, la Comisión ha recurrido a diversas alternativas para transportar los libros en las regiones de difícil acceso, a fin de que los niños, niñas, jóvenes y maestros del sistema de educación básica del país cuenten con ellos antes del primer día de clases.